sexualidad en la vejez

placer, deseo y cuerpo a partir de los 60

por Lola Dacosta
sex coach

Hablar de vejez saludable está de moda. Se habla de alimentación, de ejercicio, de memoria, de prevención…

Pero hay un tema que sigue incomodando más de la cuenta: la sexualidad en la vejez.

Como si el deseo caducara. Como si el placer tuviera fecha de vencimiento. Como si cumplir años implicara apagar el cuerpo y resignarse.

Y no.

La sexualidad no desaparece con la edad. Lo que desaparece es la conversación, la educación y el permiso social. Y sin eso, no hay vejez saludable posible.

Vejez saludable: es mucho más que no estar enfermas y La Organización Mundial de la Salud define la vejez saludable como la capacidad de mantener el bienestar físico, mental y social a lo largo del tiempo.

No habla solo de ausencia de enfermedad.

Habla de calidad de vida.

Y aquí viene la pregunta incómoda (pero necesaria):

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👉 ¿De verdad podemos hablar de bienestar si ignoramos el deseo, el placer y el contacto corporal?

La sexualidad no es un extra
es parte de la salud integral desde que nacemos hasta que morimos


 

Sexualidad en la vejez: desmontando el gran mito

Uno de los grandes mitos culturales es este:

“A partir de cierta edad, ya no hay sexualidad.”

Lo que sí hay, en realidad, es:

  • Menos representación

  • Menos educación

  • Más vergüenza

  • Más silencios

     

El deseo no desaparece, se transforma.

El cuerpo no deja de sentir, cambia.

La sexualidad no se apaga, se adapta.

Y cuando se acompaña bien, puede ser incluso más libre, más consciente y más placentera que en otras etapas.

Qué cambia en el cuerpo con la edad (y qué no)

Hablar de sexualidad y vejez saludable no es idealizar ni negar los cambios.

Es conocerlos para vivirlos mejor.

Cambios habituales

(normales, no patológicos)

En cuerpos con vulva:

  • Menor lubricación vaginal

  • Cambios hormonales (menopausia)

  • Mayor sensibilidad o sequedad

  • Cambios en la respuesta orgásmica

En cuerpos con pene:

  • Erecciones menos inmediatas

  • Necesidad de más estimulación

  • Cambios en la eyaculación

  • Mayor importancia del deseo emocional

Nada de esto significa “se acabó el sexo”. Significa que hay que follar distinto. Y eso, lejos de ser una pérdida, puede ser una ganancia.

el deseo no se va; se mueve

Uno de los errores más frecuentes es confundir deseo con respuesta automática. En la juventud, muchas personas viven un deseo más impulsivo.

Con la edad, el deseo suele volverse:

  • Más contextual

  • Más emocional

  • Más vinculado a la seguridad y al cuidado

Esto no es un problema. Es una evolución.

La vejez saludable implica escuchar el cuerpo actual, no exigirle que funcione como a los 30.

Placer y salud: una relación directa

El placer no es solo “pasarlo bien”. Tiene un impacto real en la salud:

  • Reduce el estrés

  • Mejora el estado de ánimo

  • Favorece el sueño

  • Refuerza el sistema inmunológico

  • Aumenta la conexión social y emocional

Durante el placer se liberan sustancias como oxitocina, endorfinas y dopamina, directamente relacionadas con el bienestar.

Negar el placer en la vejez no es neutral.

Es quitar una herramienta de salud.

La importancia del contacto y la piel

Con la edad, muchas personas pierden contacto físico:

menos abrazos, menos caricias, menos intimidad.

Y el cuerpo lo nota.

La piel es un órgano sensorial enorme.

Necesita contacto para regular el sistema nervioso.

Sexualidad en la vejez no siempre significa penetración.

También significa:

  • Caricias

  • Masaje

  • Besos

  • Intimidad compartida

  • Presencia corporal

Todo eso también es sexo.

Y todo eso también es salud.

Vergüenza, culpa y silencios: el verdadero problema

Muchas personas mayores no sufren por falta de deseo. Sufren por no sentirse legítimas para desear. Mensajes como:

  • “A tu edad ya no toca”

  • “Eso es ridículo”

  • “Qué asco”

  • “Ya no es necesario”

Son violencia simbólica. Y afectan directamente a la autoestima y al bienestar. Una vejez saludable necesita permiso social para seguir siendo un cuerpo deseante.

Sexualidad, autonomía y dignidad

Hablar de sexualidad en la vejez también es hablar de: Autonomía Consentimiento, Decisiones propias, Derecho al placer. Especialmente en contextos como residencias, hospitales o cuidados.

La sexualidad no desaparece cuando una persona necesita apoyo.

Desaparece cuando se le quita el derecho a decidir sobre su cuerpo.

Y eso no es salud.

Eso es control.

Parejas, cambios y nuevas relaciones

Las relaciones largas también cambian con la edad.

Aparecen:

  • Enfermedades

  • Duelo

  • Cambios de rol

  • Diferentes ritmos de deseo

La sexualidad en esta etapa requiere más diálogo y menos exigencia. No se trata de “cumplir”. Se trata de reencontrarse. Y muchas parejas descubren una intimidad más profunda cuando dejan de perseguir modelos irreales.

¿y si no hay pareja?

Otra gran trampa cultural:

asociar sexualidad solo a pareja.

La autoerótica, el autoconocimiento y el placer propio también forman parte de una vejez saludable.

El cuerpo sigue siendo tuyo.

El placer también.

Masturbarse no es algo juvenil.

Es una forma de cuidado corporal y emocional en cualquier etapa.

La autoerótica, el autoconocimiento y el placer propio también forman parte de una vejez saludable. El cuerpo sigue siendo tuyo. El placer también. Masturbarse no es algo juvenil.

Es una forma de cuidado corporal y emocional en cualquier etapa.

Educación sexual: la gran asignatura pendiente

Muchas personas llegan a la vejez sin educación sexual real. Con miedos, mitos y desconocimiento. Educar en sexualidad en esta etapa significa:

  • Informar sin infantilizar

  • Acompañar sin juzgar

  • Normalizar sin ridiculizar

Nunca es tarde para aprender a habitar mejor el cuerpo.

Sexualidad en la vejez: una mirada necesaria

Si queremos hablar de vejez saludable de verdad, tenemos que incluir la sexualidad en la conversación. No como algo anecdótico. No como algo gracioso. No como algo vergonzoso. Sino como lo que es: una parte fundamental del bienestar humano. El cuerpo cambia, sí. Pero sigue siendo un cuerpo vivo, sensible y digno de placer. Y eso no caduca.

La vejez saludable no es solo vivir más. Es vivir con sentido, conexión y placer. Y la sexualidad, bien acompañada, puede ser una de las grandes aliadas de esta etapa. Porque cuidar el deseo también es cuidar la salud.

Y de eso, sí que toca hablar.

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